Oscar Niemeyer Trayectoria
Museo de Niteroi
Oscar Niemeyer
Dentro de la historia de la
arquitectura podemos apreciar el trabajo de grandes autores de diferentes nacionalidades,
tiempos y corrientes. Sin lugar a duda existe una gran cantidad de trabajos que
puedes clasificarse como “obras maestras”. El gran trabajo de Oscar Niemeyer lo
hace merecedor de un puesto dentro de los arquitectos más influyentes de todos
los tiempos, así como un reconocimiento por su reflexión ante el espacio y su
impacto social logrado, influyendo a toda una generación de arquitectos
modernos que nacieron y crecieron viendo la obra del brasileño.
Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer
Soares Filho nace en Rio de Janeiro el 15 de diciembre de 1907. Después de una
juventud común para su época y sitio, a los 21 años concluye su educación
secundaria y se casa en 1928 con Annita Baldo, una hija de inmigrantes italianos.
Un año después consigue entrar a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Rio de
Janeiro y se forma como ingeniero-arquitecto tras 5 años de formación
profesional.
El inicio de su trayectoria como
profesionista tiene pie en el año 1932, en donde colabora en la oficina de Lúcio
Costa, una persona que influiría en la vida de Niemeyer y con quien años
después trabajaría para crear el proyecto más ambicioso del siglo XX, “La
ciudad más bella del mundo” la ciudad de Brasilia. Tan solo 4 año después de su
entrada a la oficina de Costa, tiene una colaboración con el arquitecto francosuizo
Le Corbusier y Capanema, en donde demuestra de su capacidad como entendedor del
espacio con una participación notable.
Es hasta el año de 1937 en donde
consigue su primer proyecto construido y en 1945 es convidado para proyectar el
Edificio de Organización de la Naciones Unidas (ONU) en Nueva York en
conjunción con otros artífices de la época. En 1954 participa en el diseño de
un conjunto de edificios para el barrio Hansa como parte del programa de reconstrucción
de Berlín y en 1955 funda la revista Módulo en Río de Janeiro. Un año después sería
el encargado del proyecto de Brasilia con el primer arquitecto que lo recibió en
la vida profesional, el arquitecto Lúcio Costa.
La trayectoria del artífice brasileño
de vería mermada en 1965 tras un golpe de estado en su país, Niemeyer viaja a
Francia para acudir a una explosión con su nombre en el Museo de Artes Decorativas
del Palacio de Louvre. Ese mismo año recibe la Medalla de Juliot-Curie y el
Gran Premio Internacional del Arte y la Arquitectura de la revista
L’Architecture d’Aujourd’hui, ambos en París. Tras dos años en el país, se
exilia argumentando la complicada situación laboral en su país natal y recibe
una licencia especial para poder trabajar en Francia con todos los derechos de
un profesional francés. Debido a que el golpe de estado duró hasta el año de
1985, Niemeyer dedicó sus años en Europa ejerciendo como arquitecto y teniendo
diversos proyectos en distintos países.
A sus 80 años vuelve a Brasil y
crea el Memorial JK y el Museo del Indio, ambos en Brasilia, así como diversos
edificios dentro de la gran ciudad. En 1988 es premiado en la ciudad de Chicago
con el premio Pritzker de arquitectura. Uno de los proyectos más icónico de
Niemeyer es el Museo de Arte Contemporáneo MAC, en Rio de Janeiro, la ciudad en
la que creció en su joven vida.
“A veces un proyecta cuesta que se defina. El
terreno es estricto, rodeado por el mar, y la solución acontece naturalmente,
tomando como punto de partida el soporte central inevitable. La arquitectura se
realizó espontánea como una flor. La vista para el mar era bellísima y había
que aprovecharla. Se suspende el edificio por sobre el panorama y se extiende
aún más rico. Definir entonces el perfil del museo. Una línea que nace del
suelo y sin interrupciones crece y se desborda, sensual, hasta la cobertura. La
forma del edificio, se siempre imaginé circular, se instaló no sólo en el
interior, me detuve en el amor. El rededor del museo se crea una galería
abierta para el mar, repartiéndola en el segundo nivel, como un altillo con
vistas a la gran sala de exposiciones. Y me preocupé por los interiores,
deseosos de que fuesen bonitos y variados, convidando a los visitantes para
conocerlos mejor. En el terreno, mi idea fue acentuar la entrada del Museo,
diseñando una rampa externa. Un paseo alrededor de la arquitectura. Y sentí que
el museo sería bonito y tan diferente de los otros, que los ricos y pobres
estarían felices de visualizarlo”. (ON)
2012 | Muere con 104 años el 5 de
diciembre
“No es el ángulo recto que me atrae. Ni la
recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva
libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país. En el curso
sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, las nubes del cielo, el cuerpo de la
mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo. El universo curvo de
Einstein”. (ON)
Referencias:
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